día mundial del alzheimer

21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer

El 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, una fecha en la que celebramos el avance científico referido a esta enfermedad degenerativa, pero que también nos permite recordar que todavía queda mucho por hacer. 

Las características básicas del Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Es la forma más común de demencia en personas mayores, la enfermedad comienza gradualmente y se agrava con el tiempo, comprometiendo inicialmente la memoria a corto plazo y, con el tiempo, las habilidades cognitivas más amplias.

A nivel celular, se caracteriza por la acumulación de placas de proteína beta-amiloide en el cerebro y ovillos neurofibrilares, lo que lleva a la muerte de células nerviosas. Estos cambios pueden afectar la capacidad de una persona para llevar a cabo tareas diarias, reconocer rostros y comunicarse eficazmente.

Aunque la causa exacta del Alzheimer aún es objeto de investigación, se cree que una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida influye en su aparición. Actualmente no hay cura para la enfermedad, pero hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a aliviar algunos síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

La detección temprana es crucial para una intervención efectiva, los síntomas iniciales incluyen olvido, desorientación temporal y espacial, y dificultades en la organización y planificación. A medida que avanza la enfermedad, los pacientes pueden experimentar cambios de personalidad, pérdida de habilidades motoras y problemas severos de memoria.

“Nunca demasiado pronto, nunca demasiado tarde”, el lema de 2023

“Never too early, never too late” (nunca demasiado pronto, nunca demasiado tarde) es el lema elegido para este año, haciendo referencia a la importancia de la detección temprana al percibir los primeros síntomas.

La detección temprana del Alzheimer es fundamental por varias razones que benefician tanto al paciente, como a sus seres queridos:

  • Tratamientos más efectivos: Aunque no hay una cura para el Alzheimer, algunos tratamientos pueden ser más efectivos cuando se administran en las etapas iniciales de la enfermedad. Estos pueden ayudar a aliviar algunos síntomas y ralentizar la progresión.
  • Planificación para el futuro: La detección temprana permite al paciente participar activamente en decisiones relacionadas con su cuidado, tratamientos, y asuntos legales, mientras todavía posee la capacidad cognitiva para hacerlo.
  • Gestión de síntomas: Identificar la enfermedad en sus primeras etapas posibilita abordar síntomas como la depresión, ansiedad o insomnio, mejorando la calidad de vida del paciente.
  • Apoyo y educación: Las familias tienen la oportunidad de formarse sobre la enfermedad, lo que les permite comprender mejor lo que está sucediendo y cómo pueden ayudar. También pueden buscar grupos de apoyo y otros recursos.
  • Minimización de riesgos: Al comprender las limitaciones del paciente, es posible tomar medidas para reducir riesgos, como accidentes domésticos o extravíos.
  • Investigación: Los pacientes diagnosticados de forma temprana pueden optar por participar en estudios clínicos, lo que puede ofrecerles acceso a tratamientos experimentales y contribuir a la investigación y comprensión de la enfermedad.
  • Preparación emocional: La detección temprana da tiempo a pacientes y familias para procesar la información, adaptarse y buscar apoyo emocional.

 

La detección temprana del Alzheimer puede ofrecer una ventaja significativa en la gestión de la enfermedad, permitiendo una intervención proactiva y un mejor ajuste a la nueva realidad a la que se enfrentan los pacientes y sus familias.

Las perspectivas respecto al Alzheimer en el futuro

Las previsiones sobre esta enfermedad incluyen desde la investigación y posibles tratamientos, hasta el alcance social y demográfico.

Se espera que las investigaciones avanzadas en genómica y biología molecular proporcionen una comprensión más profunda de las causas subyacentes y los mecanismos de la enfermedad. Con la creciente adopción de tecnologías de big data e inteligencia artificial, es probable que se descubran patrones y correlaciones previamente desconocidos que podrían abrir nuevas vías para tratamientos y terapias innovadoras.

Desde el punto de vista del tratamiento, la tendencia se orienta hacia enfoques personalizados basados en la genética y el perfil bioquímico de cada individuo. A medida que la medicina de precisión se convierte en una realidad en muchas áreas de la salud, es probable que veamos tratamientos más adaptados y específicos para el Alzheimer que aborden la enfermedad de manera más eficaz y con menos efectos secundarios.

Sin embargo, en el ámbito social y demográfico, a medida que la esperanza de vida aumenta en muchas regiones del mundo, es probable que veamos un aumento en el número de casos de Alzheimer y otros tipos de demencia. Esto planteará desafíos significativos en términos de cuidado, infraestructura sanitaria y apoyo para las familias afectadas.

La prevención, otra clave para reducir el impacto del Alzheimer

Aunque no existe una garantía absoluta para prevenir el Alzheimer, algunos estudios sugieren que ciertos hábitos de vida pueden ayudar a reducir el riesgo o a retrasar su aparición.

  • Mantener una dieta equilibrada: Una alimentación rica en frutas, verduras, pescado, nueces y granos enteros puede beneficiar la salud cerebral. La dieta mediterránea, por ejemplo, ha sido asociada con un menor riesgo de deterioro cognitivo.
  • Ejercicio regular: La actividad física puede ayudar a mantener un flujo sanguíneo saludable al cerebro. Esto puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, posiblemente, de Alzheimer.
  • Estimulación mental: Leer, resolver rompecabezas, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento son actividades que pueden fortalecer las conexiones cerebrales y ayudar a construir reserva cognitiva.
  • Controlar factores de riesgo cardiovascular: Hipertensión, diabetes y colesterol alto pueden aumentar el riesgo de Alzheimer. Es vital someterse a chequeos médicos regulares y seguir las indicaciones de los profesionales de la salud para controlar estos factores.
  • Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol: Fumar y un consumo excesivo de alcohol pueden incrementar el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
  • Dormir adecuadamente: Un buen sueño es esencial para limpiar sustancias potencialmente tóxicas del cerebro y mantener una función cognitiva óptima.
  • Mantener una vida social activa: Las interacciones sociales pueden proteger contra el deterioro cognitivo. Participar en grupos comunitarios, mantener amistades y cultivar relaciones familiares son actividades beneficiosas.
  • Manejar el estrés: Técnicas de relajación como la meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés, que ha sido asociado con el deterioro cognitivo.

 

En términos generales, adoptar un estilo de vida saludable tiene múltiples beneficios más allá de la salud cerebral, contribuyendo al bienestar general de la persona.

En Brunimarsa disponemos de un equipo preparado para el cuidado de personas dependientes que sufren enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Si necesitas servicios a domicilio, contacta con Brunimarsa y dispón de profesionales especializados.  

 

   

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *