El inicio de la campaña de la vacuna contra la gripe recuerda la importancia de la vacunación. La administración de vacunas recomendadas no son solo un acto de prevención, sino una muestra de cariño y cuidado hacia nuestros seres queridos. Como veremos en este artículo, la vacunación generalizada es esencial y repercute en numerosos beneficios en la salud y en la calidad de vida.

El origen de las vacunas

En 1796, un médico rural llamado Edward Jenner realizó el primer ensayo de vacunación. El conocimiento que había entonces reconocía que las mujeres que ordeñaban vacas eran inmunes a la viruela, una enfermedad que en la época afectaba al 90% de los niños, con una mortalidad del 30% de los afectados. Una enfermedad global, que afectaba a todo tipo de personas. Salvo, como decíamos, a las mujeres que ordeñaban las vacas. Ellas sufrían otra enfermedad, una variante benigna de la misma llamada viruela de las vacas. Esta enfermedad generaba unas pústulas en las manos. Jenner cogió un poco de esta pústula y se la inoculó a un paciente voluntario. Posteriormente le inoculó la viruela. El resultado fue favorable y no contrajo la viruela humana. La vacuna de Jenner se extendió rápidamente entre los médicos de todo el mundo. Gracias a este primer experimento comenzaron las campañas de vacunación y actualmente es una enfermedad erradicada. 

Beneficios de las vacunas

Las vacunas son productos biológicos compuestos por microorganismos muertos o atenuados que se administran para prevenir enfermedades infecciosas. Cuando alguien recibe la vacuna, su sistema inmune desarrolla defensas para combatir la enfermedad. Más tarde, si la persona entra en contacto con la propia enfermedad su sistema inmune lo recuerda, permitiendo así combatirla. 

Es conveniente introducir en este punto el concepto de efecto rebaño. Cuando una gran proporción de la población es inmunizada, se logra la inmunidad colectiva o «efecto rebaño». Esto impide la propagación de enfermedades infecciosas, lo que es especialmente importante en el contexto de una pandemia o temporada de gripe.

El Ministerio de Sanidad aprovechó la Semana Europea de Vacunación para enumerar los beneficios de las vacunas. Recogemos en esta entrada el decálogo lanzado por el Ministerio:

1. Salva vidas cada año. La vacunación es la mejor herramienta para prevenir algunas enfermedades infecciosas y es una de las medidas de salud pública que más vidas ha salvado a lo largo de la historia.
2. Ayuda a combatir enfermedades, haciendo posible su control, eliminación y hasta incluso su erradicación. Poca gente se acuerda de enfermedades como la viruela, erradicada en 1980, y de otras enfermedades ya eliminadas en muchos países del mundo, como la poliomielitis, la rubéola y el sarampión
3. Vacunarse es un acto de solidaridad, te protege a ti y nos protege a todos. Es muy importante que haya mucha gente vacunada frente a cada enfermedad, pues el microorganismo que la causa circula mucho menos y así las personas que, por diversos motivos no se han vacunado, estarán protegidas también.
4. La vacunación es importante a lo largo de toda la vida. Los adultos también necesitan estar protegidos frente a enfermedades como tétanos, difteria, sarampión, varicela, neumococo, gripe o rubéola.
5. Previene complicaciones de enfermedades infecciosas y algunos tipos de cáncer. Las vacunas no actúan solo sobre la enfermedad que se está previniendo, sino también sobre las complicaciones que puede tener esa enfermedad
6. Proporciona beneficios sociales y económicos. La vacunación es un instrumento de equidad, disminuye la desigualdad en la asistencia sanitaria, proporcionando beneficios también a los más desfavorecidos.
7. Es un derecho básico de los ciudadanos. El Sistema Nacional de Salud proporciona las vacunas incluidas en los Calendarios vacunales oficiales de forma gratuita, en función de la edad y otras circunstancias individuales.
8. Forma parte de un estilo de vida saludable. La vacunación es tan importante para nuestra salud como una dieta adecuada o el ejercicio físico.
9. Las vacunas son seguras. Es importante conocer que las vacunas tienen unos controles de calidad y seguridad más rigurosos que el resto de medicamentos
10. Aprovecha cualquier visita al Centro de Salud para comprobar si estás bien vacunado. 

Vacunas recomendadas

Cuando avanzamos en edad, nuestro sistema inmunitario se debilita, por lo que le resulta más complicado combatir las enfermedades que se le presentan. Por ello, hay una serie de vacunas recomendadas para los mayores de 65 años. Una herramienta eficaz y segura para prevenir tanto las enfermedades como sus posibles complicaciones.

Una de las enfermedades más conocidas es la de la gripe. Es un virus que tiene una gran capacidad de generar variaciones, cambiando mucho entre un año y el siguiente. Además, los anticuerpos producidos por las personas gracias a la vacunación de la gripe disminuyen con el tiempo. Esto resalta la importancia de repetir la vacunación año tras año. Estamos hablando de una vacuna muy segura y que reduce notablemente el número de hospitalizaciones.

Desde la temporada 2021-2022, la vacunación frente a gripe ha coincidido con la vacunación frente a COVID-19.  Tal y como indican desde el Sistema Nacional de Salud, “el objetivo de la vacunación frente a gripe y frente a COVID-19 es reforzar la protección de las personas más vulnerables y del personal sanitario y sociosanitario”.

Esther Martínez Almazán, coordinadora del Grupo de Infecciones y Vacunas de la SEGG, afirma que el reto de la campaña de la gripe de este año está en mantener la alta cobertura de vacunación de años anteriores, ya que nos encontramos “en un entorno quizás más relajado, en el que podemos decir que se ha bajado la guardia”, afirma la profesional.  

Además de las vacunas recomendadas de la gripe y la COVID-19, el Ministerio de Sanidad recomienda que las personas mayores de 65 años se vacunen también de neumonía, difteria, tétanos y tosferina. Estas enfermedades están muy controladas gracias a su alta tasa de vacunación. Es importante, de todas formas, que los adultos mayores consulten con su médico para determinar las vacunas específicas que necesitan en función de su historial médico, estado de salud actual y las recomendaciones locales de salud pública. Los profesionales de la salud pueden proporcionar orientación personalizada para garantizar que se cumplan las necesidades de vacunación de cada individuo.

El objetivo de estas vacunas no es otro que el de cuidar de nuestros mayores. Su objetivo principal no es solo proteger a las personas individualmente, sino también construir una defensa colectiva que resguarde a quienes han acumulado más años. Los adultos mayores, a menudo más susceptibles a enfermedades, encuentran en las vacunas una herramienta vital contra amenazas como la gripe, la neumonía y el herpes zóster. 

Al priorizar las vacunas recomendadas para este sector de la población, no solo se preserva su bienestar personal, sino que también se establece una barrera de salud pública que beneficia a comunidades enteras. La vacunación se convierte así en un acto práctico de cuidado y respeto hacia aquellos que han contribuido –y contribuyen– a la sociedad durante muchos años, asegurando que puedan disfrutar de una calidad de vida plena en su etapa de vida avanzada. En resumen, las vacunas son una medida concreta y efectiva para proteger a nuestros mayores y de demostrarles el cariño que se merecen.