claves para mover a una persona mayor

Claves para mover a una persona mayor o con movilidad reducida

Es habitual que las personas mayores presenten dificultades de movilidad, ya sea debido a caídas o problemas de salud relacionados con el desgaste físico. Uno de los desafíos más frecuentes que enfrentan los cuidadores es el de cómo levantar a una persona que no puede moverse. Es un asunto de gran importancia, ya que no hacerlo de manera adecuada puede causar lesiones tanto a los cuidadores como a los mayores. Cuestiones tan cotidianas como el aseo diario, el traslado de una estancia a otra o el cambio de la silla a la cama pueden ser especialmente complejas si no se tienen en cuenta las principales claves para mover a una persona mayor.

Movilización Segura

Las caídas son la causa principal de lesiones en las personas adultas. A medida que se envejece, las probabilidades de caerse aumentan. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 30% de los mayores de 65 años y el 50% de los mayores de 80 años se caen al menos una vez al año. Ya sea por falta de equilibrio, por una disminución de los reflejos, problemas de vista, como consecuencia de enfermedades o deterioro de la fortaleza muscular o cualquier circunstancia que pueda derivar en pérdida de equilibrio o mareos, lo cierto es que, cada año, se producen una gran cantidad de caídas entre adultos mayores de 65 años. 

Una caída de una persona mayor puede traer consigo mayor o menor gravedad. Pero lo cierto es que siempre supondrán una pérdida de movilidad con los inconvenientes que eso supone y la pérdida de calidad de vida durante el periodo de inmovilidad. Una de las mayores preocupaciones para la persona mayor inmovilizada, sus familiares o cuidadores es cómo afrontar los traslados durante este periodo, siempre temiendo un nuevo tropiezo o desplome por el desconocimiento de cómo llevarlo a cabo de la manera más acertada.

Con la técnica e instrucciones adecuadas se puede hacer frente a este temor, contribuyendo significativamente a mantener la calidad de vida de los adultos mayores, que sufre el riesgo de verse reducida ante estas situaciones. Es importante aprender a manejar bien estas circunstancias, ya que una movilidad regular ayuda a prevenir complicaciones asociadas con la inmovilidad prolongada, como úlceras por presión, infecciones urinarias, neumonía o trombosis. Además, mantener un programa regular de movilidad diaria -ajustada a la situación de cada persona- ayuda a la reducción del dolor y la rigidez articular, mejorando así el confort general de la persona mayor.

Y es que la movilidad no está relacionada únicamente con beneficios físicos, sino que tiene un impacto significativo en el bienestar emocional y psicológico de las personas mayores. Sentirse atrapado o inmóvil puede derivar en problemas de salud mental como depresión o ansiedad. Facilitar que las personas mayores se trasladen de manera segura, ya sea dentro de su hogar o en salidas controladas, puede mejorar su estado de ánimo, reducir el estrés y aumentar su sentimiento de autonomía.

5 Consejos para cuidadores para mover a una persona mayor o con movilidad reducida

Mover a una persona mayor o con movilidad reducida es una tarea que requiere no solo fuerza física, sino también conocimiento y técnica adecuada para garantizar la seguridad y el bienestar de ambas partes involucradas. Recogemos cinco consejos que pueden ayudar a los cuidadores a realizar un traslado seguro. 

1. Comunicación

Mantener una comunicación clara y efectiva con la persona mayor es fundamental. Siempre que el estado de salud de la persona lo permita, es bueno hablar con ella y preguntarle directamente qué necesidades tiene y cómo quiere ser ayudado. La comunicación no solo facilita el proceso de movilización, sino que también aumenta la confianza y la colaboración, haciendo que la persona se sienta más cómoda y segura.

2. Higiene postural

Las movilizaciones son físicamente exigentes, y una postura incorrecta puede causar dolor y lesiones tanto para el cuidador como para la persona cuidada. Es crucial mantener una técnica adecuada durante el levantamiento y la transferencia, utilizando los músculos de las piernas y manteniendo la espalda recta. Además, el uso de ayudas técnicas como grúas, soportes técnicos o andadores puede reducir significativamente el riesgo de lesiones.

3. Adaptar el medio

Realizar los cambios necesarios en el entorno puede mejorar significativamente la capacidad de movimiento y la seguridad del paciente. Adaptar el medio puede incluir instalar barras de apoyo, rampas o asegurarse de que los espacios estén libres de obstáculos. 

4. No levantar todo el peso a la vez

Levantar todo el cuerpo a la vez es el método que más esfuerzo requiere y el que mayor riesgo de lesión supone tanto para el profesional como para el paciente. Es más seguro y efectivo mover el cuerpo por partes, utilizando técnicas de deslizamiento y transferencia que distribuyen el esfuerzo de manera uniforme. Evitar levantar pesos innecesarios y utilizar dispositivos de ayuda puede prevenir lesiones graves.

5. Planifica los movimientos

Planificar los movimientos antes de realizarlos marca una gran diferencia en la seguridad y eficiencia de la movilización. Antes de empezar, asegúrese de tener claro qué pasos se seguirán y de tener todos los equipos necesarios a mano. Comunicar el plan a la persona mayor también ayuda a asegurar que ambos estén preparados para el movimiento.

Existe mucho material en internet que puede servir para adquirir conocimientos sobre este tema. Facilitamos acceso a este documento -elaborado por la diputación de Bizkaia- que nos ha parecido recomendable y elogiable. En el mismo se ofrecen consejos y sugerencias para el traslado de personas con movilidad reducida, con ejercicios previos, claves para una adecuada higiene postural y algunas otras pautas para realizar transferencias adecuadas con ejemplos concretos. 

Ideas y recursos para la adaptación del hogar

Uno de los puntos más importantes relacionados con la movilidad y la prevención de lesiones tanto para el cuidador como para el paciente es la adaptación del hogar y la incorporación de equipos que distribuyan el esfuerzo.   

  • Adapta el baño a las necesidades de la persona mayor 

Suelen ser espacios reducidos y con suelos resbaladizos por lo que adaptar el baño es fundamental, para aumentar la seguridad de las personas con movilidad reducida. Añadir barras de apoyo, asegurarte de que está bien iluminado o adaptar el acceso a la ducha o bañera son consejos que pueden ser de gran ayuda para mover a una persona mayor. 

  • Acomoda la habitación para que sea un lugar de descanso

Es importante eliminar obstáculos que puedan dificultar el camino de la puerta a la cama. Conviene revisar el mobiliario, asegurándose de que sea estable y accesible. Utilizar alfombras antideslizantes, colocar iluminación nocturna o los timbres de emergencia al alcance pueden ser elementos de mejora la seguridad. En muchos casos se recomienda el uso de camas articuladas para ajustar la posición de descanso y facilitar el cuidado.

  • Productos ergonómicos

Estos pueden ser andadores, sillas de ruedas, bastones con empuñaduras cómodas y antideslizantes o elevadores de asientos para inodoros. Estos dispositivos son considerados claves para mover a una persona mayor, ya que están diseñados para reducir el esfuerzo físico y mejorar la independencia, proporcionando estabilidad, soporte y comodidad. Aumentan la seguridad de la persona mayor y minimizan el riesgo de caídas, facilitando así la realización de actividades diarias.

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