beneficio de la fisioterapia en personas con párkinson

El beneficio de la fisioterapia en personas con párkinson

La enfermedad de Parkinson es una patología que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, padecen unas 8,5 millones de personas. Aunque actualmente no tiene cura, muchos de sus síntomas pueden reducirse o ralentizarse a través de tratamientos y medicamentos.  El objetivo principal de la fisioterapia en el tratamiento del Parkinson es maximizar la independencia funcional y la calidad de vida del paciente. Los fisioterapeutas trabajan para mejorar la movilidad, reducir el riesgo de caídas y promover la autonomía en las actividades diarias. A través de ejercicios específicos, técnicas de movilización y terapias de rehabilitación, puede ayudar a los pacientes a mantenerse activos y comprometidos con su bienestar, reduciendo los trastornos de la enfermedad. El beneficio de la fisioterapia en personas con párkinson lo sitúa como uno de los tratamientos más frecuentes en la rehabilitación de la enfermedad.

Una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se manifiesta en el sistema nervioso. Los síntomas de la enfermedad pueden ser motores, como temblores, lentitud de movimiento, rigidez, pérdida de equilibrio o dificultad para andar; o no motores, como el deterioro cognitivo, demencia, trastornos del sueño o dolores. El 70% de las personas diagnosticadas de párkinson en España tienen más de 65 años. El Día Mundial del Parkinson se celebra cada año el 11 de abril para crear conciencia sobre esta enfermedad. 

Las claves de un buen tratamiento fisioterapéutico en el Parkinson

Un tratamiento fisioterapéutico efectivo en el Parkinson se basa en una evaluación exhaustiva de las necesidades y capacidades individuales del paciente. Muchos pacientes sufren, por ejemplo, dificultad de movimiento, temblores,  dolores fuertes o falta de equilibrio. El beneficio de la fisioterapia en personas con Párkinson se fundamenta en diferentes técnicas y ejercicios, que buscan, por un lado, reducir los dolores e impedimentos físicos y, por otro, maximizar la movilidad e independencia

Un buen tratamiento fisioterapéutico ayudará a disminuir los síntomas y a mejorar, por tanto, la calidad de vida de los pacientes. Esta mayor independencia aumentará las ganas del paciente en participar en actividades sociales, mejorando su bienestar emocional y siendo de gran ayuda para prevenir otras enfermedades asociadas al párkinson, como puede ser la depresión o la ansiedad.

¿Qué ejercicios se recomiendan para el Parkinson?

Los ejercicios recomendados para personas con Parkinson se centran en mejorar la función motora y la movilidad. Esto puede incluir ejercicios de fortalecimiento muscular, ejercicios de equilibrio y coordinación, estiramientos y ejercicios aeróbicos de baja intensidad. Los fisioterapeutas adaptan los ejercicios a las necesidades individuales de cada paciente, teniendo en cuenta su estado de salud general y sus objetivos de tratamiento. El beneficio de la fisioterapia en personas con párkinson requiere de un planteamiento en conjunto de estos ejercicios, que no pueden verse ni tratarse como algo aislado, sino que se trabajan y complementan unos con otros.

Los ejercicios para personas con párkinson se llevan a cabo a través de diferentes técnicas y estrategias, dependiendo del estado y síntomas del paciente.

1.     Ejercicios de Movilidad y Flexibilidad: Los ejercicios de movilidad y flexibilidad son fundamentales para mantener la amplitud de movimiento en las articulaciones y prevenir la rigidez muscular característica del Parkinson. Estiramientos suaves, ejercicios de rotación de cuello, hombros, brazos, caderas y piernas pueden ayudar a mantener la flexibilidad y reducir la sensación de rigidez. Estos ejercicios pueden realizarse de manera suave y gradual, adaptándose a las necesidades individuales de cada persona.

2.     Ejercicios de Equilibrio y Coordinación: El equilibrio y la coordinación son áreas que a menudo se ven afectadas por el Parkinson, lo que puede aumentar el riesgo de caídas. Los ejercicios específicos diseñados para mejorar el equilibrio, como pararse sobre una pierna, caminar en línea recta o hacer ejercicios de equilibrio en una superficie inestable, pueden ayudar a fortalecer los músculos estabilizadores y mejorar la capacidad de mantener el equilibrio en diferentes situaciones.

3.     Ejercicios de Fortalecimiento Muscular: El fortalecimiento muscular es esencial para contrarrestar la debilidad muscular y la pérdida de fuerza asociadas con el Parkinson. Ejercicios de resistencia, como levantar pesas livianas, hacer ejercicios de resistencia con bandas elásticas o usar máquinas de entrenamiento de fuerza, pueden ayudar a fortalecer los músculos de todo el cuerpo. Es importante comenzar con pesos ligeros y aumentar gradualmente la resistencia para evitar lesiones.

4.     Ejercicios Aeróbicos de Baja Intensidad: Los ejercicios aeróbicos de baja intensidad, como caminar, nadar, andar en bicicleta estática o hacer ejercicio en el agua, pueden mejorar la resistencia cardiovascular y promover una mejor salud general. Estos ejercicios también pueden ayudar a reducir la fatiga, mejorar el estado de ánimo y promover un sueño más reparador. Es importante elegir actividades que sean seguras y cómodas para cada individuo, y realizarlas de manera regular para obtener los máximos beneficios.

Otro de los campos que se trabajan durante la fisioterapia es el de la rehabilitación de la marcha. Se busca mejorar el paso del paciente, ayudándole a mejorar los giros y ofreciendo estrategias para superar los bloqueos. Un síntoma común de la enfermedad es el denominado “freezing” o de congelación. Recibe este nombre porque, mientras la persona camina, siente que los pies se le quedan pegados al suelo, impidiendo el movimiento. 

El Parkinson y su tratamiento desde una óptica transdisciplinar

El beneficio de la fisioterapia en personas con párkinson se fundamenta en una estrategia transdisciplinaria. La logopedia, la terapia ocupacional y la neuropsicología van de la mano para atender de la mejor forma posible las necesidades del paciente. 

Neuropsicología como parte del tratamiento integral de la enfermedad de Parkinson

Como hemos visto, no todos los síntomas del párkinson son motores. Existen también síntomas no motores, que también pueden y deben tratarse. La neuropsicología puede ayudar a mejorar estas funciones cognitivas en los pacientes. A través de la neuropsicología se realiza una evaluación y diagnóstico del paciente, con el objetivo de tratar posibles alteraciones cognitivas (como puede ser la memoria o el cálculo) o trastornos emocionales (como la depresión, ansiedad, apatía o agresividad). 

Logopedia en el párkinson

Entre los síntomas motores más comunes en los pacientes de párkinson se encuentran los problemas relacionados con el habla y la deglución. Estos son tratados principalmente con la logopedia, que buscará, por un lado, ayudar al paciente a gestionar y convivir con estas dificultades y, por otro, ralentizar la evolución de los síntomas. 

Los trastornos del habla están presentes en 6/8 de cada 10 pacientes de párkinson, experimentando voz débil, tartamudeo, imprecisión o habla lenta. La dificultad para tragar, por otro lado, está presente en la mitad de las personas con párkinson. La labor del logopeda se centra en la realización de ejercicios que permitan aumentar la expresividad fácil, el control y modulación de la voz, la calidad vocal, la articulación del lenguaje, además de aliviar las dificultades surgidas con la deglución. 

Terapia ocupacional en el párkinson

A través de esta terapia ocupacional se busca ayudar a los pacientes a alcanzar un nivel óptimo de desempeño en sus actividades diarias. Así, mediante la misma,  se ofrece el apoyo emocional y psicológico necesarios, como complemento a la rehabilitación física. De esta forma,  los terapeutas ocupacionales proporcionan ayuda al paciente para hacer frente a los desafíos de su enfermedad.

Como vemos la fisioterapia ofrece esperanza y mejoría tangible para quienes enfrentan la enfermedad de Parkinson. Al adoptar un enfoque holístico y transdisciplinario, podemos proporcionar un cuidado integral que mejore la calidad de vida de quienes la padecen.

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