Posturas correctas para evitar el dolor cervical

8 consejos para aliviar el dolor cervical en la tercera edad

El dolor cervical es una de las quejas más comunes entre las personas mayores, y puede tener un impacto significativo en su calidad de vida. La columna cervical, que es una estructura clave para la movilidad del cuello y la cabeza, desempeña un papel crucial en la capacidad de realizar actividades diarias esenciales. Con el envejecimiento, problemas como la artritis, la tortícolis o la cervicalgia se vuelven más frecuentes, causando dolor crónico y limitando la movilidad.

Estas afecciones no solo generan malestar, sino que también pueden afectar el equilibrio y la coordinación, aumentando el riesgo de caídas, que son una de las principales causas de complicaciones graves en la tercera edad. Además, si no se abordan adecuadamente, estas dolencias cervicales pueden extenderse, provocando dolor en la cabeza, la espalda o los brazos, y derivando en otras patologías más complejas. Por ello, mantener la salud de las cervicales es esencial para preservar la autonomía y el bienestar general en la tercera edad. Y por ello, en Brunimarsa queremos ayudarte a cuidar y aliviar el dolor cervical.

Causas del dolor de cuello en personas mayores

El dolor de cuello, o dolor cervical, en personas mayores es un problema que puede surgir por diversas causas. Entre las causas más frecuentes se encuentran los cambios degenerativos relacionados con la edad, que producen desgaste en las articulaciones y discos intervertebrales.

Degeneración natural de las vértebras cervicales

Más del 85 % de las personas mayores de 60 años se ven afectadas por la espondilosis cervical, término médico para designar el desgaste natural relacionado con la edad que afecta a los discos intervertebrales del cuello. Este desgaste puede llegar a causar presión sobre las raíces de los nervios, pudiendo causar dolor en brazos, piernas, y afectando notablemente al equilibrio.

Factores de riesgo: posturas incorrectas, estrés, artrosis, etc

Además del desgaste cervical natural propio del envejecimiento, existen varios factores de riesgo evitables que pueden contribuir al dolor de cuello en personas mayores. Las malas posturas adoptadas a lo largo de los años, tanto al estar sentados como al dormir, pueden ejercer presión adicional sobre la columna cervical, provocando tensión muscular, rigidez y dolor en el cuello.

El estrés es otro factor significativo, ya que puede causar tensión muscular y rigidez en el cuello y los hombros. La artrosis, aunque es una condición degenerativa, puede verse exacerbada por la falta de actividad física y el sobrepeso, factores que pueden controlarse para reducir su impacto y mejorar la salud de las cervicales.

Otra de las causas más frecuentes en personas mayores es la tortícolis, una contracción muscular prolongada que afecta a los músculos que se sitúan en el cuello. La comprensión de estas causas es esencial para el diagnóstico y tratamiento adecuado, mejorando así el bienestar de los adultos mayores.

Síntomas de problemas cervicales en la tercera edad

El dolor en la zona del cuello, dolor cervical, es el síntoma principal de la cervicalgia en personas mayores, a menudo acompañado de dificultad para movilizarlo. Además, son también comunes las cefaleas, que pueden irradiar desde la base del cráneo hacia la parte frontal de la cabeza. Los mareos también son frecuentes, especialmente cuando hay compresión nerviosa o problemas de circulación en la zona cervical. La rigidez del cuello, que puede hacer que los movimientos sean dolorosos y restringidos, es otro síntoma común.

Reconocer estos síntomas y abordarlos a tiempo con un tratamiento adecuado puede mejorar significativamente el bienestar y la calidad de vida en la tercera edad. A través de radiografías simples se pueden ver las vértebras cervicales y realizar un diagnóstico, que a menudo permite determinar la causa de dolor cervical y prescribir un tratamiento adecuado.

Consejos para mantener las cervicales saludables y prevenir el dolor cervical

Muchas de las dolencias cervicales tienen un origen evitable, por lo que la prevención es de gran importancia para que las personas mayores puedan gozar de mayor bienestar y reduzcan el riesgo de padecer una dolencia grave.

1.- Estiramientos y ejercicios de fortalecimiento. Realizar estiramientos suaves para el cuello y los hombros ayudan a mantener la flexibilidad y disminuyen la tensión muscular. También será de gran refuerzo la realización de ejercicios que nos ayuden a fortalecer los músculos de la zona, mejorando la estabilidad del cuello y reduciendo la posibilidad de lesiones.

Diseñar una tabla de ejercicios personalizada, -elaborada con la ayuda de entrenadores profesionales-, y realizar una rutina de forma regular apoyados en ella, nos ayudará a mantener la flexibilidad, la fuerza de los músculos del cuello y, en definitiva, a conservar la zona cervical en las condiciones idóneas para garantizar su salud

Aquí te mostramos una sencilla rutina de ejercicios que puedes incorporar en tu día a día:

  • Estiramiento del trapecio: Inclina la cabeza hacia un lado, llevando la oreja hacia el hombro mientras mantienes el otro hombro hacia abajo. Este estiramiento ayuda a aliviar la tensión en los músculos laterales del cuello. Repite 10 veces.
  • Flexión y extensión del cuello: Lentamente inclina la cabeza hacia adelante hasta que la barbilla toque el pecho, y luego extiende hacia atrás mirando hacia el techo. Esto mantiene la movilidad en las vértebras cervicales. Repite 10 veces.
    Rotaciones suaves: Gira la cabeza lentamente hacia un lado y luego hacia el otro, manteniendo los hombros relajados. Este ejercicio ayuda a mejorar la amplitud de movimiento y la circulación en la zona. Repite 10 veces.
  • Elevación de hombros: Levanta los hombros hacia las orejas y luego bájalos lentamente. Realiza 10 repeticiones.

Estos ejercicios no solo mejoran la flexibilidad y fuerza del cuello, sino que también aumentan la circulación sanguínea en la zona, lo que contribuye a aliviar la tensión acumulada.

2.- Mantener una postura adecuada

Ya hemos dicho que la postura juega un papel crucial en la prevención del dolor cervical. A medida que envejecemos, es común desarrollar hábitos posturales incorrectos que pueden ejercer presión sobre las vértebras cervicales. Para evitarlo:

  • Al estar sentado: Asegúrate de que la espalda esté recta y los hombros relajados. Usa una silla con soporte lumbar y evita encorvarte hacia adelante, especialmente cuando trabajas frente a una pantalla o lees.
  • Al estar de pie: Mantén la cabeza alineada con la columna, evitando que la barbilla se proyecte hacia adelante. Distribuye el peso de manera equitativa en ambos pies.
  • Al dormir: Usa una almohada que mantenga el cuello alineado con el resto de la columna. Evita las almohadas demasiado altas o bajas que puedan forzar una postura incómoda durante el sueño. Tumbarse de lado es la postura más recomendable para dormir y evitar dolores.

3.- Evitar mantener posturas prolongadas

Una de las causas más comunes del dolor cervical es permanecer en la misma posición durante largos períodos. Para prevenir esto:

  • Pausas regulares: Si sueles estar mucho rato sentado, o realizas actividades que requieren estar en la misma posición, toma pausas cada 30-40 minutos para moverte y estirar el cuello.
  • Rotación de tareas: Intenta variar las actividades a lo largo del día para no mantener la misma postura por mucho tiempo. Esto es especialmente importante para evitar la fatiga muscular.

4.-Incorporar ergonomía en la vida diaria

Adoptar una postura ergonómica en las actividades diarias es clave para prevenir el dolor cervical. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Computadora y dispositivos móviles: Si te sientas delante de un ordenador, ajusta la pantalla a la altura de los ojos para evitar inclinar la cabeza hacia adelante. Cuando uses un teléfono móvil o una tableta, sostén el dispositivo a la altura de los ojos y evita mirar hacia abajo durante largos periodos.
  • Al llevar objetos: Si necesitas llevar bolsas o mochilas, distribuye el peso equitativamente. Evita llevar cargas pesadas sobre un solo hombro, lo que puede desalinear la columna y causar tensión en el cuello.

5.- Higiene postural al dormir

El sueño es un momento crítico para la recuperación del cuerpo, y la postura que adoptamos al dormir puede influir en la salud cervical. Aquí algunos consejos adicionales:

  • Almohadas ortopédicas: Ya nos hemos referido a la importancia de las almohadas para mantener una postura adecuada al dormir. Considera, al respecto, el uso de almohadas diseñadas específicamente para mantener la alineación natural de la columna cervical. Estas almohadas proporcionan soporte adecuado y ayudan a prevenir posiciones incómodas.
  • Evitar dormir boca abajo: Esta posición puede forzar la curvatura natural del cuello y contribuir al dolor cervical. Dormir de lado o boca arriba es más recomendable.

6.- Gestión del estrés

El estrés es un factor que, aunque indirecto, puede contribuir significativamente al dolor cervical. La tensión emocional a menudo se traduce en tensión muscular, particularmente en la región del cuello y los hombros. Para manejar el estrés:

  • Técnicas de relajación: Practicar técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga o la meditación puede ayudar a reducir la tensión muscular y prevenir el dolor.
  • Terapias complementarias: Masajes regulares o terapias como la acupuntura pueden ser útiles para aliviar la tensión acumulada y mejorar la salud general del cuello.

7. Hidratación y alimentación adecuada

Mantener una dieta equilibrada e hidratación suficiente es crucial para la salud de las articulaciones, incluyendo las cervicales:

  • Hidratación: Beber suficiente agua ayuda a mantener los discos intervertebrales bien hidratados, lo que previene el desgaste y la rigidez.
  • Alimentos ricos en calcio y vitamina D: Consumir alimentos ricos en estos nutrientes fortalece los huesos y previene condiciones como la osteoporosis, que puede afectar la salud cervical.

8. Revisión médica regular

Finalmente, la prevención incluye la detección temprana de problemas cervicales a través de revisiones médicas regulares:

  • Chequeos periódicos: Es recomendable realizar chequeos periódicos con un fisioterapeuta o reumatólogo, especialmente si existe dolor recurrente o molestias.
    La fisioterapia es la opción general para el tratamiento de las dolencias de cuello, de gran ayuda en el control y tratamiento de las molestias, ya que favorece la relajación de los músculos y mejora la movilidad cervical.  En Brunimarsa sabemos de su importancia y facilitamos el servicio a personas mayores y dependientes para ayudarles a prevenir el desgaste de la zona cervical, y en general, contribuir así a la mejora de su calidad de vida. Asimismo, este tratamiento suele ir de la mano fármacos como los analgésicos-antiinflamatorios y/o miorelajantes, debiendo ser siempre recomendados por los sanitarios.
    En todo caso, recuerda que la intervención temprana puede prevenir la progresión de problemas cervicales graves.
  • Evaluación postural: Un profesional de la salud puede evaluar tu postura y hacer recomendaciones personalizadas para mejorarla y prevenir el dolor cervical.

Casos en los que se recomienda la intervención médica

La cirugía para tratar el dolor cervical es poco frecuente, y solo suele considerarse como una opción cuando otros tratamientos conservadores, como la fisioterapia y los medicamentos, no han logrado aliviar los síntomas o si hay compresión significativa de la médula espinal o los nervios.

Casos donde el dolor es causado por un disco herniado o un estrechamiento óseo en el canal vertebral pueden requerir de cirugía con el fin de aliviar la presión sobre la médula espinal o las raíces nerviosas. También se puede requerir cirugía en casos de traumatismos graves para estabilizar la columna cervical y reducir el riesgo de parálisis, especialmente si hay fracturas o luxaciones que provocan inestabilidad vertebral.

En caso de que se requiera cirugía para tratar problemas cervicales, el profesional médico adecuado para recomendarla es un neurocirujano o un cirujano ortopédico especializado en columna vertebral.

  • Neurocirujano: Es un médico especializado en el tratamiento quirúrgico de trastornos del sistema nervioso, incluyendo la columna vertebral. Los neurocirujanos están capacitados para realizar cirugías delicadas que involucran nervios, médula espinal y estructuras vertebrales.
  • Cirujano ortopédico especializado en columna vertebral: Este especialista se enfoca en el tratamiento de trastornos y lesiones del sistema musculoesquelético, incluida la columna vertebral. Está capacitado para realizar cirugías que corrijan problemas estructurales en las vértebras cervicales.

En general, el proceso para llegar a la decisión de cirugía incluye una evaluación exhaustiva del paciente, que puede involucrar pruebas de imagen como resonancias magnéticas (MRI) o tomografías computarizadas (CT).

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