Ortopedia a domicilio

Se estima que uno de cada tres mayores sufre osteoartritis. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta principalmente a las manos, los tobillos, los dedos, la columna vertebral y las rodillas. La artrosis dificulta la realización de las actividades cotidianas, especialmente las que requieren flexibilidad, movimiento o destreza motriz fina. Su traumatólogo puede recomendarle tratamientos para disminuir el dolor y aumentar la facilidad de movimiento.

Este es otro problema grave al que se enfrentan muchas personas. A medida que las personas envejecen, su densidad mineral ósea disminuye. Esto suele ser problemático en las mujeres posmenopáusicas. La disminución de los niveles minerales da lugar a huesos más débiles y frágiles. Esto se agrava a medida que los adultos mayores tienen más problemas de equilibrio y de visión, lo cual es la causa de un mayor riesgo de fracturas. Los ejercicios de entrenamiento de fuerza son útiles para aumentar la resistencia de los huesos, lo que puede minimizar la probabilidad de fracturarse.

Cuando una articulación se disloca, los huesos que la componen se desplazan de su lugar original. Esto suele ocurrir tras una caída, donde la sacudida hace que los huesos se salgan de la articulación. Las personas que tienen una articulación dislocada experimentan un dolor inmediato, que se reduce después que un especialista le ayude a poner la articulación en su lugar.

La masa ósea alcanza su punto máximo alrededor de los 30 años. A partir de ahí comienza a disminuir tras unos años, y la pérdida se acentúa a medida que envejecemos. Esto aumenta el riesgo de osteoporosis en los adultos mayores. Se trata de una enfermedad ósea que está relacionada con la disminución de la densidad ósea y de la masa ósea total. Cuando el proceso de producción de hueso no puede seguir el ritmo de la pérdida ósea, los huesos se vuelven frágiles y débiles.