Grados de dependencia

Los grados de dependencia en base a la Ley actual

La dependencia viene provocada por dificultades que afectan a la autonomía física, sensorial o intelectual de una persona. Los grados de dependencia que establece la Ley actual (Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia) permiten determinar la capacidad de cada caso, para establecer las ayudas necesarias.
A continuación, analizamos los grados de dependencia que aplica la Ley de Dependencia en España, y otros conceptos relacionados imprescindibles para evaluar a una persona con dependencia.

Las actividades básicas y su desarrollo

Como analizamos a continuación, la Ley de Dependencia basa el grado de autonomía de una persona en base a su capacidad para desarrollar actividades básicas. Las actividades consideradas básicas son las siguientes:
-Llevar a cabo desplazamientos en la vivienda.
-Levantarse y acostarse de forma autónoma.
-Tareas relacionadas con el aseo personal.
-Vestirse y desvestirse a diario.
-Uso autónomo del cuarto de baño.
-Comer y beber.

Una persona que sea capaz de realizar estas tareas completas sin ayuda a diario, no va a ser evaluada como dependiente, aunque necesite ayuda para realizar otras tareas más complejas.
Las actividades básicas, por tanto, comprenden las rutinas básicas que llevamos a cabo en casa de manera cotidiana. Una persona que no pueda realizar alguna de las actividades anteriores, va a ver reducida su autonomía diaria, y, por tanto, va a necesitar ayuda, ya sea de manera puntual o permanente.

Los grados de dependencia actuales

El grado de dependencia se establece en base a una valoración de dependencia que lleva a cabo la propia administración. Los tipos de dependencia establecidos actualmente son los siguientes.

Dependencia moderada

Es el grado de dependencia más moderado. Una persona con un grado de dependencia
moderado va a necesitar ayuda una vez al día, para realizar una tarea muy concreta.
Personas que necesitan ayuda a última hora del día, que necesitan a un cuidador o cuidadora para su aseo diario o que requieren de ayuda para levantarse por la mañana, podrán ser reconocidos con un nivel de dependencia leve.
Es muy importante tener en cuenta cuáles son las actividades consideradas básicas, una persona que, por ejemplo, no pueda cocinar pero pueda realizar las actividades anteriores de manera autónoma, es posible que no obtenga el grado mínimo de dependencia.

Dependencia severa

La dependencia severa también tiene en cuenta las actividades consideradas básicas. Este grado de dependencia se concede si una persona necesita ayuda más de una vez al día, pero no de forma permanente.
Un caso de dependencia severa sería una persona que necesite ayuda de un cuidador o cuidadora a primera hora del día para levantarse, y al final del día para acostarse. En este caso se establece un grado superior, debido a que los cuidados se realizan en varios momentos del día.

Gran dependencia

Es el grado de dependencia más alto, en este caso la persona necesita disponer de una serie de cuidados permanentes y ayuda constante, para llevar a cabo las tareas relacionadas con su día a día.
Las personas que sufren una pérdida absoluta de autonomía, ya sea por causas físicas, mentales o sensoriales, pueden solicitar un grado de gran dependencia y disponer de las ayudas que necesitan a diario.

Grados de dependencia, puntuación y evaluación

Los niveles de dependencia anteriores se establecen en cada caso en base a una serie de puntos. La Ley de Dependencia establece los siguientes baremos, a la hora de determinar la autonomía de cada persona.

-De 0 a 24 puntos: sin grado reconocido
-De 25 a 39 puntos: Grado 1 nivel 1
-De 40 a 49 puntos: Grado 1 nivel 2
-De 50 a 64 puntos: Grado 2 nivel 1
-De 65 a 74 puntos: Grado 2 nivel 2
-De 75 a 89 puntos: Grado 3 nivel 1
-De 90 a 100 puntos: Grado 3 nivel 2

Por norma general, el grado 1 correspondería a personas con una discapacidad moderada, el grado 2 a personas con un grado de dependencia severa, y el grado 3 sería para personas con gran dependencia.
Es importante saber que la evaluación se lleva a cabo por parte del médico de atención primaria al que corresponda la persona que solicita la valoración, y además será obligatorio un segundo examen realizado por un trabajador social.

El proceso administrativo para solicitar una ayuda de dependencia

La valoración de la dependencia en casos específicos comienza con dos evaluaciones, en las que se determina el nivel de dependencia de la persona, pero también requiere de un proceso administrativo posterior.
Una vez finalizadas las observaciones por parte de los profesionales sanitarios y sociales es imprescindible realizar una solicitud a la autoridad competente, una persona responsable de la Administración determina la resolución final, para confirmar el grado de dependencia en base a lo que marca la Ley.
Las responsabilidades derivadas de la Ley de Dependencia se otorgan a las Comunidades Autónomas, por tanto, es cada organismo regional quien marca los procesos específicos. Los grados de dependencia vienen marcados por la ley general, y por tanto vigente en todo el territorio nacional, pero existen otras cuestiones de la ley que pueden ser modificadas en base a lo que establece cada Comunidad Autónoma.

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