Dolores crónicos en personas mayores. Cómo gestionarlos
Los dolores crónicos son más frecuentes a medida en la que aumenta la edad, principalmente porque suele estar asociado a enfermedades crónicas, como puede ser la artrosis o algunas enfermedades cardiovasculares, cuya prevalencia es mayor en las personas mayores. Identificar la causa de los dolores crónicos en personas mayores y tratarla desde un inicio es importante para poder hacerle frente, y evitar que merme la calidad de vida.
¿Qué son los dolores crónicos en geriatría?
Se entiende por dolor crónico aquel que dura al menos 3-6 meses, o que persiste más allá del tiempo esperado para la cicatrización de los tejidos o la curación de la enfermedad padecida. Estas manifestaciones de dolor crónico se dan de modos muy distintos en las personas, según las circunstancias y la enfermedad de la que se esté hablando. Los dolores crónicos en las personas mayores presentan unas características propias, que vienen condicionadas por su estado de salud general.
La relación ante el dolor es diferente entre los adultos mayores y los jóvenes. Las personas mayores presentan una mayor incidencia de dolor crónico generalizado, siendo tres veces más frecuentes los ingresos hospitalarios por dolor que los pacientes más jóvenes. En Estados Unidos, el 17% de los adultos menores de 30 años presentan dolor crónico, en comparación con el 57% de los mayores de 65 años.
Estos dolores crónicos generalizados pueden afectar mucho a la calidad de vida de las personas mayores, pudiendo generar pérdida de peso y masa muscular, disminución o pérdida de las relaciones personales, alteraciones del sueño o problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
Escala del dolor en geriatría
La evaluación correcta es imprescindible para realizar un adecuado tratamiento del dolor en adultos mayores. Esa evaluación no siempre resulta fácil en las personas mayores, ya que suelen presentar varias patologías, que dificultan la identificación y el tratamiento del dolor crónico. El dolor de cuerpo es una experiencia subjetiva, y no existe un test que pueda cuantificarlo o medirlo. La autoevaluación es considerado el método más adecuado para cuantificar el dolor.
Se utilizan distintas escalas para ayudar a los pacientes a identificar el grado de dolor que se está sufriendo. Algunas de estas escalas son un tanto complejas, y pueden ser un impedimento para que las personas mayores puedan identificar su dolor con claridad. Una escala que se utiliza para identificar el dolor en geriatría es la escala de las caras de dolor. Presente unos dibujos de siete caras, con expresiones faciales que van desde 0 (nada de dolor) a 7 (máximo dolor). Simplificar este proceso es necesario para identificar adecuadamente el dolor en las personas mayores. Existen también escalas del dolor que permiten hacerse cargo de la situación del paciente mayor que sufre deterioro cognitivo o dificultad para comunicarse.
Tipos comunes de dolor en personas mayores
Hay una mayor prevalencia de dolores crónicos en las personas mayores. La artrosis de, al menos una articulación, aparece en el 12% de adultos, y su incidencia aumenta con la edad. El dolor de espalda está muy presente en la población geriátrica, con cifras que van del 13 al 49% en mayores de 65 años.
Dolores musculares
La rigidez y dolor muscular es común en las personas mayores. Con el paso de los años, se produce una disminución y atrofia de la masa muscular. Este es uno de los principales causantes del dolor crónico en las personas mayores.
Dolores de huesos
La artritis (inflamación de las articulaciones) y la osteoartritis (envejecimiento, desgaste y ruptura de articulaciones) son patologías muy presentes en los adultos mayores y causantes de gran parte de los dolores crónicos en esta edad.
Dolores de cabeza
Es otro de los ámbitos más comunes de dolor crónico en personas mayores. La cefalea producida por migrañas suele generar un dolor muy intenso y molesto, llegando a ser incapacitante en algunos casos.
Tratamientos del dolor crónico farmacológicos y no farmacológicos
El control del dolor en personas mayores se lleva a cabo generalmente con tratamiento farmacológico. Los fármacos más empleados son los antiinflamatorios, los opioides menores (poseen un límite analgésico) o opioides mayores (no poseen techo analgésico. La morfina es uno de los tratamientos más conocidos). No es posible recomendar un tratamiento generalizado para aliviar el dolor. Realmente, el tratamiento óptimo será aquel que reduzca al máximo el dolor y los limitantes asociados, aliviando el dolor en adultos mayores y mejorando su calidad de vida. Si a través del tratamiento farmacológico no se tienen los resultados adecuados, puede plantearse un tratamiento intervencionista. Se estudia el caso para que sea lo menos invasivo posible y que tenga un riesgo reducido.
Aliviar los dolores musculares en las personas mayores
Uno de los principales modos de aliviar los dolores musculares es a través de la alimentación. Una dieta sana y equilibrada, rica en proteínas, vitaminas y minerales, puede ayudar a cuidar y proteger la masa muscular, reduciendo los dolores crónicos musculares de las personas mayores. Evitar una vida sedentaria y realizar ejercicio, además de ayudar a mantener el peso adecuado, es de gran ayuda para reducir la probabilidad de enfermedades limitantes, como puede ser la artrosis.
Aliviar los dolores de huesos en las personas mayores
En el caso de los huesos, el tratamiento más adecuado es a través de antiinflamatorios, de gran ayuda para reducir el dolor crónico. En algunos casos, se utiliza ácido hialurónico para reducir la pérdida del cartílago. Como en el caso de los dolores musculares, el control del peso, la dieta y el ejercicio físico son también de gran importancia para el cuidado de los huesos y las articulaciones de las personas mayores.
Mejor antiinflamatorio para personas mayores
Por todo lo expuesto en este artículo, cabe señalar que no es posible destacar un mejor antiinflamatorio para el dolor crónico en personas mayores. No existe un tratamiento ideal, ya que depende de la condición médica del paciente, su tolerancia individual y los posibles efectos secundarios. No hay una solución universal para el dolor generalizado. Sin embargo, por todo lo visto, para acompañar adecuadamente a los adultos mayores, es necesario ayudarles a identificar el dolor y ayudarle a comunicarlo a los especialistas, para hacerle así frente, aliviar sus síntomas y establecer estrategias para manejar el dolor que permitan a las personas mayores tener una vida de calidad e independiente.
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